domingo, 31 de mayo de 2009

Alma Embarrada


Todas las mañanas voy hasta el puerto con la esperanza de verla regresar y todas las mañanas vuelvo hasta el rancho con la desilusión a cuestas y con el temor de que ella sólo hubiese sido un sueño más en mi vida, uno de los tantos sueños que siempre me acompañaron entremezclándose con la realidad, hasta un punto tal, que no puedo discernir cuando vivo la realidad o cuando vivo un sueño.

- Estás loco José – Ramón no se calla, me sacude y me reprocha cuando nos juntamos en el bar del Gordo García– estás loco viejo, esa mujer te secó el cerebro y ya no podés razonar, mirate, estás hecho una piltrafa, ¿cuánto hace que no comés una comida decente? y lo peor..¿cuánto hace que no dormís?

Ramón no entiende que para mí comer es sólo tragar algún sanguche mugroso y dormir no me interesa, no quiero dormir, tengo miedo de dormir y no verla en mis sueños.

El agua golpeaba las chapas del rancho cuando María llegó empapada de la calle, los zapatos chuecos y mojados, el pelo pegado al rostro y la mirada con agua también, pero de lágrimas.

- Me voy José – así sin anestesia, una estocada directo al corazón – me voy en el barco que pasa mañana, no aguanto más la porquería de vida en este pueblo, no aguanto más tus sueños sin concretar ni tu amor servil.

- No te vayas – se lo pedí sin fuerzas, sabía que se iría aunque la atara, aunque la matara, se iría igual, estaba harta y yo lo sabía desde hacía tiempo.

Juntó sus pocas ropas, menos de las que había traído cuando se vino conmigo, cuando me amaba y tenía ilusiones de una buena vida juntos, cuando no imaginaba la miseria que sería mi único pago. A la mañana se fue, bajo el agua, empapada y yo me quedé llorando sobre mi vaso de grapa.

Todas las mañanas voy al puerto, sobre todo los días de lluvia, si la lluvia se la llevó, la lluvia debería traerla de regreso, pero siempre vuelvo con el alma embarrada.

Hoy Ramón me dijo que la habían visto en la ciudad del otro lado del río, iba del brazo de un hombre y llevaba de la mano a una niña, dice que iba vestida como toda una señora y que reía feliz. No le creo, ella volverá, lo sé, por eso mañana volveré al puerto, a esperarla.

María Magdalena Gabetta


Pintura: "Herrumbre" de la Pintora Argentina Laura Medina

Este cuento fue publicado en la Revista En Sentido Figurado




jueves, 28 de mayo de 2009

¡Que no te maten!

En agradecimiento al escritor español "Jardinero de las Nubes" por su historia "Rasguña las Piedras".


No es una causa justiciera,
ni es una guerra encubierta,
es sólo decir las cosas como son las cosas,
es sólo alertar a los que vienen.

Mira...
Ten cuidado...
hace tiempo ...
una juventud idealista
pensaba en el presente y el futuro,
decía discursos en los andenes,
juntaba niños en las plazas,
aliviaba dolores en las villas,
inventaba boletos accesibles
al tren de las utopías.

Los mataron..
¿te enteraste?
¡Los mataron!

Los torturaron....
¿lo supiste?
¡Los torturaron!

Los violaron.....
¿Te lo contaron?
¡Sí! los violaron,
en cuerpos y almas
y...
los mataron.

Eran jóvenes
¿te enteraste?

Tenían sueños
¿lo adivinaste?

Tenían amores
¿lo sospechaste?
Y...
los mataron.

Ya te lo dije..
vine a avisarte...
están allí...
en todas partes...
están en sombras...
están ocultos....
te están mirando....
¡que no te atrapen!
¡que no te maten!


María Magdalena Gabetta


Pintura: "La Noche de los Lápices" del Pintor Argentino, César López Claro (1912-2005) (me tomé el atrevimiento de subirla al blog)

lunes, 11 de mayo de 2009

Después de ti, el mar - (con la tristeza de Alfonsina)


Escucha amado...

Me iré mañana,
cuando el sol decline sobre la arena
caminaré hacia el mar,
allí dónde está mi hogar de cristal.

Colgaré caracolas de mi cuello
y adornaré con estrellas marinas
mis cabellos

Pero antes......

Se que vendrás...

Con las manos cargadas
de espigas de sol.
Con tus ojos azules
y tu rostro moreno.

Y yo estaré.....

con mis claroscuros de siempre
con mis cicatrices de vida
pero con el corazón en libertad.

y .... seré ese día.....

la blanca y pura....
mujer de tus sueños..

Uniremos amado.....
mi oscuridad y tu luz
y formaremos un único día.

Un único día de amor.
para adorarnos...

Luego te irás y yo ....
yo seguiré mi camino.

Pero no temas por mí,
Cuando debas irte,
No pienses en mí con tristeza.

Cuando te alejes.....
Piensa que voy a descansar a mi casa,
a reposar en mi cama,
más azul que las aguas.....

Caminaré entonces amado, hacia el mar,
allí dónde está mi hogar de cristal
y un pez con flores de rojo coral,
me estará aguardando.

María Magdalena Gabetta


Pintura: "Fondo Marino", del pintor Español, Juan Antonio Torrijo Latorre.