viernes, 13 de noviembre de 2009

Un día más




Hoy no vuelvo atrás,
ni días ni horas.
Porque no se me antoja pensar
que tiempos pasados fueron mejores.

Dejo los caminos marcados
por pisadas que se van perdiendo,
mientras almanaques asesinos
se ensañan con mis proyectos,
pidiéndole un día más a mi paciencia.

Un cerdo laborioso pasa por picapapeles
los sueños de escritores desconocidos.

Encuentro en las alcantarillas conejos blancos
con pancartas pidiendo mejoras salariales,
el mago no quiere darles aumento.

Música de vitrola y el fantasma de Gardel
que se trepa a los colectivos me hace señas
con el dedo del medio.
Semáforos y vigilantes.
Esquinas y baches.
Charcos y aceite.

En la esquina los niños ya no trepan
en barrilete buscando estrellas.

Telones de un escenario cotidiano,
manos solitarias van cambiando escenografía,
y manos salvajes aniquilan horizontes.

Los ancianos del geriátrico que ayer bailaban
hoy desfilan en sillas de ruedas.

Los azules se van destiñendo,
Los verdes me engañan
Los rojos, me recuerdan días que no debo recordar.
Los amarillos me enceguecen.

En la olla popular las manitos aprietan el plato
mientras una cuchara deja un guiso amargo.

A usted no le toca,
a mí tampoco,
pero a ellos sí,
la rueda gira, hoy por ti, mañana por mí.

Hoy me siento anclada,
barco sin timón, rotas mis velas,
náufraga de vida,
empleada desocupada de una
Empresa constructora de sueños
que se fundió por ilusa.

Hoy es un día más y van.........


María Magdalena Gabetta

Pintura: "La Olla", de la Pintora Argentina Marta Cella

En Silencio






Yo te mostré mi vida
en la cruz sangrante de mis manos.

Sin palabras y sin miedos.

Únicos viajeros del mismo instante ,
suspendidos en el tiempo,
revisores retrospectivos de nuestros
propios recuerdos.

Cómo náufragos nos aferramos.

Ojos entrelazados,
sincronizados en la misma luz,
usamos el lenguaje del silencio,
leyendo nuestros pensamientos.

Abandonamos lo externo
y nos zambullimos en el mar
de nuestro interior
en la búsqueda de la verdad.

Tu paz, mi paz, identificándose,
reconociéndose, recobrándose.

Leí una a una cada línea
de tu mano
a la mía encadenada.
unimos cruces,
intercabiamos sangre,
en fraternal encuentro.

Cada arruga de tu frente
me contó de tus heridas,
el marco profundo de tu boca
me contó de tus sonrisas.


Sin palabras....

Únicos habitantes del mismo universo,
nos reconocimos en silencio.....

Y festejamos la vida.


María Magdalena Gabetta



Pintura: "Elevo mi mirada en absoluto silencio" de la pintora paraguaya Adriana Villagra