jueves, 30 de julio de 2009

Por las calles



Hay una calle que abarca
muchas calles de este mundo
dónde los niños como pájaros mueren
envenenados de las toxinas
con las que el mismo mundo los provee.

Niños que crecen en una sociedad que los margina
y los empuja al precipicio,
dónde bufones de la corrupción,
ofrecen sustitutos de vida.

Niños, pobres niños
de casas ricas,
de casas pobres,
palacios y bohardillas

Niños que desgastan sus sueños
escupiendo agujas hipodérmicas en
infernales alcantarillas.
Chiquillos enfermos de orfandad,
miembros indeseados de una sociedad
aquejada de soberbia ceguera.

Inocentes rehenes
sacrificados en la feria de las depravaciones
de esta orbe que los atrapa como un pulpo,
masticando sin piedad sus frágiles huesos,
defecándolos sobre los adoquines.

Juan dolor, Andrés descarriado,
José alucinado.
María, Adela o Luisa
pobres niñas convertidas en
muñecas desarticuladas,
con ojos de vidriosa mirada.

Dolores crucificados por el mercadeo,
Esperanzas tronchadas por la indiferencia.

¡Niño ya no juegues en la calle!
que la violencia acecha
y tú, mi niño, eres fácil presa.

El titiritero se disfrazó de violador.
El ilusionista vende drogas sin compasión.
Mientras las palomas huyen aterrorizadas
ante el ignoto pedido de auxilio,
de infantes almas esclavizadas.


María Magdalena Gabetta


Agradezco al poeta "EmilioSalamanca" compañero de la Página de los cuentos, que me regaló este bellísimo soneto inspirado en mi humilde poesía.



POR LAS CALLES
( en honor a gmmagdalena)

¿Qué desesperanzado maleficio,
Aprisiona a los “hijos de la calle”,
Condenados a abyecto sacrificio?...
¡Que tu verbo denuncie, que no calle!

Muñecas destruidas por el vicio…
¡Siempre habrá un pervertido que avasalle!...
De chulos y alcahuetas, al servicio…
¡Carne inocente, para quien la halle!.

Enfermos de orfandad, niños perdidos,
En la jungla voraz de las ciudades,
Pajarillos sangrantes, tan heridos

De violaciones y de atrocidades…,
Hambrientos y desnudos, doloridos,
Por tanta perversión, tantas maldades…

Emilio Corona Garcia . 29 Julio 2009


1 comentario:

Juan Carrizo dijo...

Un poema estremecedor Magda, real triste horripilante,una denuncia a voz de cuello ¡¡que trascienda!!