Hoy no vuelvo atrás,
ni días ni horas.
Porque no se me antoja pensar
que tiempos pasados fueron mejores.
Dejo los caminos marcados
por pisadas que se van perdiendo,
mientras almanaques asesinos
se ensañan con mis proyectos,
pidiéndole un día más a mi paciencia.
Un cerdo laborioso pasa por picapapeles
los sueños de escritores desconocidos.
Encuentro en las alcantarillas conejos blancos
con pancartas pidiendo mejoras salariales,
el mago no quiere darles aumento.
Música de vitrola y el fantasma de Gardel
que se trepa a los colectivos me hace señas
con el dedo del medio.
Semáforos y vigilantes.
Esquinas y baches.
Charcos y aceite.
En la esquina los niños ya no trepan
en barrilete buscando estrellas.
Telones de un escenario cotidiano,
manos solitarias van cambiando escenografía,
y manos salvajes aniquilan horizontes.
Los ancianos del geriátrico que ayer bailaban
hoy desfilan en sillas de ruedas.
Los azules se van destiñendo,
Los verdes me engañan
Los rojos, me recuerdan días que no debo recordar.
Los amarillos me enceguecen.
En la olla popular las manitos aprietan el plato
mientras una cuchara deja un guiso amargo.
A usted no le toca,
a mí tampoco,
pero a ellos sí,
la rueda gira, hoy por ti, mañana por mí.
Hoy me siento anclada,
barco sin timón, rotas mis velas,
náufraga de vida,
empleada desocupada de una
Empresa constructora de sueños
que se fundió por ilusa.
Hoy es un día más y van.........
María Magdalena Gabetta
Pintura: "La Olla", de la Pintora Argentina Marta Cella
ni días ni horas.
Porque no se me antoja pensar
que tiempos pasados fueron mejores.
Dejo los caminos marcados
por pisadas que se van perdiendo,
mientras almanaques asesinos
se ensañan con mis proyectos,
pidiéndole un día más a mi paciencia.
Un cerdo laborioso pasa por picapapeles
los sueños de escritores desconocidos.
Encuentro en las alcantarillas conejos blancos
con pancartas pidiendo mejoras salariales,
el mago no quiere darles aumento.
Música de vitrola y el fantasma de Gardel
que se trepa a los colectivos me hace señas
con el dedo del medio.
Semáforos y vigilantes.
Esquinas y baches.
Charcos y aceite.
En la esquina los niños ya no trepan
en barrilete buscando estrellas.
Telones de un escenario cotidiano,
manos solitarias van cambiando escenografía,
y manos salvajes aniquilan horizontes.
Los ancianos del geriátrico que ayer bailaban
hoy desfilan en sillas de ruedas.
Los azules se van destiñendo,
Los verdes me engañan
Los rojos, me recuerdan días que no debo recordar.
Los amarillos me enceguecen.
En la olla popular las manitos aprietan el plato
mientras una cuchara deja un guiso amargo.
A usted no le toca,
a mí tampoco,
pero a ellos sí,
la rueda gira, hoy por ti, mañana por mí.
Hoy me siento anclada,
barco sin timón, rotas mis velas,
náufraga de vida,
empleada desocupada de una
Empresa constructora de sueños
que se fundió por ilusa.
Hoy es un día más y van.........
María Magdalena Gabetta
Pintura: "La Olla", de la Pintora Argentina Marta Cella
2 comentarios:
cada estrofa me llevo a la otra estrofa... me ha encantado como siempre!!! un fuerte abrazo!
MAGDA.. ¡hermoso...! Pero cada día no es "un día más". Cada día que nos regala la vida es una caja de sorpresas donde no sabes qué te va a deparar el cosmos. Así que... ¡a remendar velas mi querida amiga!
Un beso
Rodolfo
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