Cintura dolorida, manos ajadas
que en la caricia se vuelven tiernas,
dulce mi madre en su faena.
Su mirada se vuelve pájaro
cuando me mira,
en su boca aleteando siempre
una sonrisa.
Dulce mi madre, ella me canta
canciones viejas,
de ésas que mi abuela
hace muchos años a una pequeña,
de rubias trenzas,
con voz de alondras, también cantara.
Por un instante el pájaro vuela
trémulo se aleja de su mirada,
para posarse allí a lo lejos,
en el recuerdo de aquella niña
que un día fuera y que aún palpita
dentro de su alma
Cintura dolorida,
gruesa en el tiempo en que fuera tierra
recibiendo siembra, fecundando hijos,
brindándose entera,
leche y ternura
mi madre buena.
María Magdalena Gabetta
Esta poesía la escribí pensando en mi mamá cuando era joven y cantaba todo el día
7 comentarios:
Uno de los más grandes hitos de un poeta: el canto a una madre.
Muchos besos a tu mami y un gran abrazo para vos.
Un bello poema dedicado a tu mamá.Como todo lo que te pertenece sale desde tu alma para alumbrarnos y ser regocijo del corazón.Besis mi muy querida y admirada Magda. almalen.
Madga...
como siempre... conmueve el sentimiento que dejas en tus letras!!! bellísimo!!!
paso también a decirte que en Letras tenés un premio en mi galería donde están los guiños y caricias para el alma... columna derecha... el tuyo es...
"Blog de oro"
pasa a buscarlo cuando gustes amiga querida... te lo ofrezco con todo cariño!!!
beso!!
Qué hermosura, Magda!! Como siempre, es un placer pasar por este blog :)))
Un abrazo enorme.
Jeve.
¡Hermoso María Magdalena! Y que bueno que dejaste por un momento de lado la ilustración con obras famosas: ninguna hubiese sido tan perfecta como ese tierno rostro de madre que compartiste con nosotros.
Un beso grande
Rodolfo
Mejor todavía que dedicas algo, como lo es tu escritura a una persona tan querida.
La Madre es la obsesión de hijo(a).
Felicidades por tu creación y un saludo respetuoso a Doña María Magdalena.
Una poesía notable, un blog precioso y la música memorable, felicidades.
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