Entre verdes matices
tu cuerpo desnudo,
nace de la espesura,
con la fuerza arrolladora
que natura otorga a sus hijos dilectos,
tensando tus músculos
y forjando tu simiente.
Hijo del Verde
habitante de selvas y bosques,
mente y cuerpo de labriego,
despiertas a la vida
atrapando el infinito
en ráfagas de colorido,
fuerza y equilibrio.
Sientes en tu sangre
el clamor ancestral de la naturaleza
que te incubó en su seno.
Antiguas leyendas hablan de ti,
Alabanzas a tu nombre
se esparcen impulsadas por el viento,
y las manos de antiguos dioses
te colman de dones
para que hagas uso de ellos.
Te parió la madre tierra,
fertilizar es tu mandato
devolviendo vida con vida
impulsando la rueda de la fecundidad
en este equilibrio universal
que nos rodea.
María Magdalena Gabetta
Pintura "El que es hijo del verde", del Pintor Riotercerense, Sergio Daniel Blatto
3 comentarios:
Bello homenaje a los hombres del campo, y una imagen cautivadora que da más vida si cabe al poema. Un abrazo.
Davinia
Fuerte contraste de colores. El verde, destacando, sobre los colores cálidos, es lo primero que atrae la atención del que mira la obra.
personalmente esta pintura no me gusta... Aunque tu poema sea una exlente descripción (asi lo diria yo)
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