martes, 11 de marzo de 2008

Flores de Arena




Duele la piel
que me recubre íntegra, poro por poro.
Añoranzas de amor formando un hueco en la cama,
desayunos de a dos,
baño compartido.

Laceran estos amaneceres
iluminando sombras,
cuando un rayo indiscreto,
se posa sobre mi cama
develando fantasmas.

Atravieso entonces lejanías no apetecidas,
zambulléndome entre muros,
buscando un cuadrilátero dónde mitigar mis furias,
golpeándome sola contra los bordes,
precipitando angustias.

Temo acostumbrarme a esta insolente clausura
de escarchado sepulcro,
confundiéndola con la calidez de un nido.

No deseo para mí
esta identidad de proscrita.
Detesto eso.

Es irrisorio, es cruel,
es antinatural.

Un día acostumbraré quizás
a que mis brazos
cercenen ausencias
buscando el apasionado beso
que fluctúa incorpóreo
sobre el silencio de las sombras,
y el silencio y las sombras,
son amantes traicioneros.

Me niego,
a este hilvanar de días no vividos,
a estas perlas negras,
escalando cumbres con las manos
desgarrando piel, carne y nervios
oteando en vuelo solitario
distancias en claroscuros matices.

Reniego definitivamente
de estos volcanes apagados,
que aíslan mis desiertos valles,
helados fuegos, flores de arena,
espejismos que inoculan placebos,
engañosos de vida .

María Magdalena Gabetta
Pintura: "Esperando" de la Pintora Argentina, Laura Medina


3 comentarios:

Anónimo dijo...

See Here or Here

Laura dijo...

Mi querida Magda:
en alguna oportunidad te he dicho que tus versos tienen una fuerza impresionante y hoy vuelvo a repetirlo.
Mujer apasionada si las hay...
Te felicito nena, valió la pena este tiempo de espera. Te dejo un beso y un abrazote cálido y mis gracias de siempre por tenerme presente.

Anónimo dijo...

Si, María, eres muy fuerte. Un poema de los que te dejan abierta la idea de vivir con pasión, con intensidad.
Muchos besos.