Acaricia esta mejilla vapuleada,
bríndame comprensión.
Alterna lo dulce y lo amargo.
Quédate a mi lado.
Tejamos nuestra propia historia.
No te vayas en verano ni en invierno.
Ni en pobreza ni en riqueza.
Ni en salud ni en enfermedad.
Permanece a mi lado bajo la tormenta,
no te alejes aunque las aves migren
y tu espíritu soñador vuele con ellas,
elige el amor.
Recorre conmigo cada baldosa
de esta iniciada ternura,
cada flojedad, cada desnivel.
Recojamos juntos las flores
que al costado del camino
dan vida a la espesura,
tornándola menos sombría,
reaprendamos el verbo pertenecer,
destapemos nuestros secretos,
reinauguremos la pasión.
Verás que a pesar de todo,
a pesar de las angustias, la rabia,
el dolor, la frustración o el llanto,
después de la tempestad
el sol nos regala un arco iris,
porque aunque nada es tan simple
ni tan perfecto,
aún podemos distinguir el cielo..
No me ofrezcas rosas,
yo no prometeré mañanas de sol.
Propongámonos descubrirnos,
enamorarnos, seducirnos,
entregarnos y poseernos,
deletreemos juntos la esperanza
de retornar al amor.
María Magdalena Gabetta
Pintura: "Mujer en gris con cartuchos rojos" del Pintor Ecuatoriano Julio Peña Tomalá