lunes, 11 de octubre de 2010

Halagada por las sombras


Ya no soy un vórtice de sentimientos,
ni un sonido de guitarra,
ni siquiera un poema tirado en el cesto,
que arrugaron unas manos,
en un espasmo de ingenio.

Desveladas madrugadas
me encuentran solitaria,
y una paloma gris se despereza
en el alfeizar de la ventana,
prediciendo partidas
hacia un destino incierto..

Invento arcoíris entre las nubes,
o disparo bengalas multicolores,
para que me encuentre la luz,
pero sólo consigo pequeñas gotas,
que se dispersan sin rozarme
mientras me arrumbo en las sombras,
que reclaman mi presencia,
hechizándome con sus halagos.

No inspiran mis ojos al poeta,
ni mi aroma trae el recuerdo
de pieles húmedas de pasión,
me desconozco, diluyéndome incolora,
apenas una brizna del universo

Encuentro un punto fijo,
inverso a mis anhelos,
cercano a mi realidad,
dónde las sombras de otras sombras
me amparan piadosas,
mostrándome una apertura
a un espacio diferente,
y descubro, liberada al fin,
que aún en las sombras,
existo.


María Magdalena Gabetta
Pintura: "Ex Umbra In Solem" (desde la sombra a la luz) de la pintora argentina, Mercedes Fariña

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qeurida magda que poesía tan sentida. Exploras la soledad que abarca a medida que los años transcurren. Sin embargo al final se saca el valor y a través de la palabra, dices " existo"
bello poema
un beso Rub

Agustin Letrado dijo...

Realmente bueno.
Es un enorme lujo encontrarse con tal grado de compromiso con los silencios, los climas, el ritmo interno de la poesía.
Gracias.