Miro a través de mi ventana,
amparada en el calor de la cálida
habitación en que me encuentro,
embelesada espectadora del paisaje
que se vislumbra tras los cristales.
El parque se extiende bajo la bruma,
copos blancos se deslizan suaves
sobre los cedros,
se escucha como música de fondo
el sonido sibilante del viento,
hálito de hielo que acaricia,
duele y embellece
tornando al paisaje utópico,
como extraído de un cuento.
Imagino serpenteando el vientre
virginal del bosque,
un largo sendero cubierto de nieve,
colchón que amortigua y hace sigiloso
el paso de duendes y lobos.
Envidio la madera inmóvil,
aunque intensamente viva,
enraizada a la tierra, oteando el cielo.
El viento helado le duele
mientras los lobos la rodean,
refregando contra ella sus
erizados lomos,
transformados en suaves corderos
danzando con los elfos.
Desde mi ventana.......
estática espectadora de ese
mundo de mágica fantasía,
veo la nieve caer sobre los cedros,
suave y melancólica,
embelleciendo el paisaje,
entonces mi espíritu se desprende de mí,
atraviesa el espacio,
ingresa en el árbol,
siente su fuerza, bebe de su savia,
y enamora al viento.
María Magdalena Gabetta
amparada en el calor de la cálida
habitación en que me encuentro,
embelesada espectadora del paisaje
que se vislumbra tras los cristales.
El parque se extiende bajo la bruma,
copos blancos se deslizan suaves
sobre los cedros,
se escucha como música de fondo
el sonido sibilante del viento,
hálito de hielo que acaricia,
duele y embellece
tornando al paisaje utópico,
como extraído de un cuento.
Imagino serpenteando el vientre
virginal del bosque,
un largo sendero cubierto de nieve,
colchón que amortigua y hace sigiloso
el paso de duendes y lobos.
Envidio la madera inmóvil,
aunque intensamente viva,
enraizada a la tierra, oteando el cielo.
El viento helado le duele
mientras los lobos la rodean,
refregando contra ella sus
erizados lomos,
transformados en suaves corderos
danzando con los elfos.
Desde mi ventana.......
estática espectadora de ese
mundo de mágica fantasía,
veo la nieve caer sobre los cedros,
suave y melancólica,
embelleciendo el paisaje,
entonces mi espíritu se desprende de mí,
atraviesa el espacio,
ingresa en el árbol,
siente su fuerza, bebe de su savia,
y enamora al viento.
María Magdalena Gabetta
Pintura: "Lobo Gris" de la Pintora Argentina, Norma Zaro
4 comentarios:
Impresionantes imágenes nos muestras, la segunda estrofa me llega, y el final acaba de bordar esta bella poesía.
Un abrazo.
Davinia
Llegué a tu blog. Está precioso.
Con música y todo. Genial!!!!!!!!!!
Besos.
Lena
Esta bellísimo, hiciste una brutal y maravilloso sincretismo con la música, el texto y las pinturas.
Es una belleza con alma y espiritú.
Siempre soñé que al ser pintor incluiría poemas escritos en mis canvas, pero nunca imaginé que podría ponerle música.
No puedo decirte más que este blog es el mas bello que he visto.
Un saludo a la Argentina querida y a los extraordinarios pintores que le dieron color y belleza milenaria a tu espacio
Malena solo para aclararte que Arturo es mi verdadero nombre ya que tu me conoces con el nick de la pagina. "Aurelio".
Saludos y nuevamente mis felicitaciones.
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